Si estás pensando en sacarte el carnet de coche automático o en comprarte uno, te enseñamos cómo es conducir uno de ellos y los factores que tienes que tener en cuenta.
Los coches automáticos cada vez son más habituales entre los conductores. Y es que no sólo son más fáciles de conducir que los manuales, sino que, en muchos casos son más económicos en cuanto al consumo de combustible.
Cómo conducir un coche automático
Una de las primeras cosas que nos impactan al ponerse al volante de un coche automático es ver que la falta del pedal de embrague y la variedad de opciones que ofrece el sistema de cambios.
Cómo aparcar un coche automático:
La mayoría de las cajas de cambios automáticas te permiten seleccionar entre «P» (para aparcar), «R» (marcha atrás), «N» (punto muerto) y «D» (marcha). La función de aparcamiento sólo debe utilizarse cuando estés parado y vayas a salir del coche, ya que esta función bloquea la transmisión e impide que el coche ruede. Igualmente, recuerda poner el freno de mano cuando hayas aparcado.
Cómo ir marcha atrás en un coche automático:
La marcha atrás hace lo que dice: actúa igual que una marcha atrás en un manual, y debe seleccionarse cuando quieras conducir hacia atrás, así de simple. El punto muerto también funciona de la misma manera que un coche manual.
Algunos coches automáticos te permiten seleccionar la marcha en la que quieres arrancar, como por ejemplo arrancar en segunda en según qué situaciones es beneficioso o incluso necesario y seguro.
Cómo conducir en automático
Aunque las cajas de cambio automáticas son, en general, muy fáciles de usar, la confusión llega a la hora de arrancar y parar.
Cuando te subes a un coche con caja de cambios automática, debes dejarlo en «park».
Pon el pie derecho en el pedal izquierdo (el freno) y púlsalo, arranca el coche con la llave o el botón de arranque y (con el pie aún en el freno), mueve la palanca de cambios a «D» (si quieres ir hacia delante) o a «R» (si quieres ir hacia atrás).
Al levantar el pie del freno, la mayoría de los vehículos automáticos «avanzan», lo que ayuda a aparcar o a circular a baja velocidad.
Una vez en movimiento, la caja de cambios seleccionará la marcha correcta para la situación y hará todo ese proceso de cambios de marchas que harías si fuera manual.
Cuando hayas terminado el trayecto y el coche esté parado, mantén el pie en el freno y pon la palanca en «P», apaga el contacto y sal del coche.
¿Puedo conducir un manual con un permiso automático?
No. Si tienes un permiso de conducir automático, sólo puedes conducir un automático. En cambio, con el permiso de coche manual sí puede conducir un coche automático.
Aunque esto restringe la gama de coches que puedes conducir, aprender y aprobar el examen con un coche automático es más sencillo, ya que elimina muchos de los aspectos del aprendizaje de la conducción con los que algunas personas tienen dificultades, como el control del embrague y el uso de las marchas. Además, la tendencia es más frecuente en cuanto al uso de coches automáticos, y las marcas de coches están empezando a dejar de fabricar los manuales.
¿Los cambios son siempre los mismo en todos los coches automáticos?
No, ya que existen diferentes cajas de cambios en los coches automáticos.
Cajas de cambios automáticas convencionales
Las cajas de cambios automáticas convencionales son las más comunes y utilizan un convertidor de par en lugar del embrague, tienen entre tres y diez relaciones, pero acaban consumiendo más combustible que las manuales.
Transmisiones variables continuas (CVT)
Las CVT, que a menudo se encuentran en los coches híbridos, emplean una correa que ofrece una experiencia de «presionar y avanzar», impulsando el coche a la perfección, sin relaciones perceptibles.
Eficientes y muy fiables, la ausencia de marchas proporciona viajes más suaves y ágiles, aunque la aceleración es un poco más lenta en comparación con otras cajas de cambio automáticas.
Cajas automáticas de doble embrague
Similares a las cajas de cambios automáticas convencionales pero sin convertidor dual, las automáticas de doble embrague emplean dos embragues de accionamiento automático. Uno de los embragues acciona la marcha en la que te encuentras, mientras que el otro prepara la marcha a la que quieres cambiar.
Por ello, suelen encontrarse en coches deportivos que requieren cambios de marcha muy rápidos.
